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“NO OLVIDEN QUIÉN ES EL ACTUAL CAMPEÓN DEL MUNDO DE MOTOGP”. – El jefe del equipo, Gigi Dall’Igna, defendió a Marc Márquez después de que Bezzecchi insultara al piloto de Ducati. Ha estallado un conflicto entre los dos equipos de MotoGP más grandes del mundo. Lea el artículo en los comentarios a continuación 👇

“NO OLVIDEN QUIÉN ES EL ACTUAL CAMPEÓN DEL MUNDO DE MOTOGP”. – El jefe del equipo, Gigi Dall’Igna, defendió a Marc Márquez después de que Bezzecchi insultara al piloto de Ducati. Ha estallado un conflicto entre los dos equipos de MotoGP más grandes del mundo. Lea el artículo en los comentarios a continuación 👇

kavilhoang
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En el mundo de MotoGP, de alto riesgo, las tensiones a menudo hierven bajo el rugido de los motores, pero pocas estallan tan dramáticamente como el reciente choque entre Ducati y Aprilia.

Gigi Dall’Igna, el inquebrantable director general de Ducati, hizo un agudo recordatorio después de la mordaz crítica de Marco Bezzecchi a Marc Márquez.

El piloto italiano, que ahora está prosperando en Aprilia, calificó el estilo agresivo de Márquez de “imprudente”, reavivando viejas rivalidades pocos días después del final de la temporada 2025 en Valencia.

Las palabras de Bezzecchi, pronunciadas en una acalorada entrevista posterior a la carrera, tocaron la fibra sensible. “Márquez pilota como si fuera invencible, pero a veces eso le cuesta caro a otros”, dijo, en alusión a su infame colisión en el Gran Premio de Indonesia.

Ese accidente en la primera vuelta dejó fuera al recién coronado campeón durante las rondas finales, fracturándose la clavícula y poniendo a prueba su legendaria resistencia.

Tanto los fanáticos como los expertos lo vieron como algo más que un accidente: un símbolo de rencores no resueltos debido a los trastornos internos de Ducati.

Dall’Igna, conocido por sus astutas decisiones que impulsaron a Ducati a seis títulos consecutivos de constructores, no perdió el tiempo en responder. “No olvidéis quién es el actual campeón del mundo de MotoGP”, declaró durante una sesión informativa con el equipo, con la voz llena de fervor protector.

La temporada 2025 había sido el regreso triunfal de Márquez, logrando su noveno título mundial (séptimo en MotoGP) con 545 puntos, a pesar de perderse cuatro carreras. Fue una clase magistral de adaptación, que transformó el debut de Ducati en dominio.

El conflicto se remonta a un turbulento año 2024, cuando los equipos satélite de Ducati se fracturaron. Bezzecchi, un incondicional del VR46 y aspirante al podio en 2023, sintió el dolor de que lo ignoraran para el asiento de fábrica.

Mientras Márquez deslumbraba con una GP23 de un año de antigüedad en Gresini, se arremolinaban rumores de favoritismo.

Dall’Igna los descartó rotundamente, insistiendo en que todas las motos eran iguales, pero el éxodo fue real: Jorge Martín a Aprilia, Enea Bastianini a KTM y Bezzecchi siguiendo su ejemplo, atraídos por el ambicioso proyecto de Romano Albesiano.

En 2025, el paddock había cambiado de forma. Márquez se unió a la fábrica Ducati junto a Francesco “Pecco” Bagnaia, formando un dúo poderoso que presionó a sus rivales desde el principio.

Mientras tanto, Bezzecchi se adaptó perfectamente a Aprilia, consiguiendo la pole en Mandalika, el lugar de su choque con Márquez, y terminando el año tercero en la general con 353 puntos.

Su doble victoria en Valencia, sprint y gran premio, marcó la mejor campaña de Aprilia, un podio agridulce ensombrecido por la sequía de campeonatos.

Sin embargo, el incidente de Indonesia cobró gran importancia. En esa húmeda tarde de octubre, la Aprilia de Bezzecchi chocó con la Ducati de Márquez en la curva 7, haciendo que el español cayera a más de 200 km/h.

Las repeticiones mostraron una zambullida desesperada por la posición, pero el equipo de Márquez gritó falta. “Era evitable y costoso”, reflexionó más tarde Dall’Igna, anulando los rumores de intenciones y elogiando la fortaleza mental de su ciclista.

El accidente no sólo puso fin a la racha invicta de Márquez (siete victorias consecutivas en grandes premios, un récord de Ducati) sino que obligó a someterse a cirugías que retrasaron sus celebraciones.

Márquez, siempre estoico, minimizó el drama en las actualizaciones de recuperación desde Madrid. “Las carreras son una guerra sobre dos ruedas; todos superamos los límites”, dijo a los periodistas, con la vista fija en 2026.

Las estadísticas de su temporada lo dicen todo: 11 triunfos en grandes premios, 14 victorias en sprints y 12 podios consecutivos, incluido un doblete familiar con su hermano Álex en Sepang.

Álex, con una Gresini GP24, terminó segundo con 467 puntos, grabando un histórico duelo entre hermanos en la historia de MotoGP.

El insulto de Bezzecchi, sin embargo, quitó capas de resentimiento. Alguna vez protegido de Ducati, encarnó el apodo de “Bestia” con velocidad pura, pero se sintió marginado por la llegada de Márquez.

“Lo di todo por Ducati; ellos eligieron la estrella”, admitió en un podcast de Moto.it, en un tono que mezclaba orgullo y amargura. El resurgimiento de Aprilia, reforzado por la consistencia de Martín, justificó su decisión, pero las críticas sugirieron heridas más profundas por títulos perdidos y desaires percibidos.

La defensa de Dall’Igna fue clásica: calculada, apasionada e inflexible. En un inusual discurso en el paddock, elogió la “claridad mental” de Márquez y calificó sus sacrificios (una década de lesiones, cuatro cirugías y un exilio en Honda) como “una lección de vida”.

El ingeniero que atrajo al ocho veces campeón (antes de 2025) a Bolonia sabía que la apuesta valía la pena.

El podio número 88 consecutivo de Ducati en Valencia, cortesía de Fabio Di Giannantonio, subrayó su profundidad, incluso cuando el doblete de Aprilia (Bezzecchi primero, Raúl Fernández segundo) señaló una parrilla cambiante.

Esta disputa pone de relieve el brutal ecosistema de MotoGP, donde la lealtad choca con la ambición. El cambio a Aprilia de Bezzecchi reflejó la vieja guardia de Valentino Rossi, fomentando una fábrica hambrienta de gloria.

¿Su revancha con Mandalika? Tenso pero limpio, con Bezzecchi superando a Márquez en la práctica antes de que se desarrollara el caos. Después del accidente, los azafatos autorizaron a ambos, pero las redes sociales estallaron y los memes enfrentaron a “La Bestia” contra “El Alien”.

A medida que se acerca 2026, con el debut del motor V4 de Yamaha y la combinación Bastianini-Viñales de KTM, la reconciliación parece lejana. Dall’Igna, que traza las evoluciones de Desmosedici, sigue siendo optimista.

“Marc es nuestro shōgun; nos eleva a todos”, le dijo a GPone, haciéndose eco de su elogio Motegi. Bezzecchi, que acaba de terminar tercero, el mejor resultado de su carrera, mira hacia el segundo puesto que Álex dejó vacante para tareas de fábrica.

A Márquez el título le supo más dulce en medio de la adversidad. Desde las pistas polvorientas de Cervera hasta la gloria iluminada de Valencia, su viaje desafía las narrativas del declive.

¿El choque? Una nota a pie de página en un legado de más de 60 victorias en grandes premios. Sin embargo, en esta brecha Ducati-Aprilia, una verdad perdura: los campeones como Márquez no sólo compiten; redefinen el campo de batalla.

El paddock bulle de especulaciones: ¿el fuego de Bezzecchi forjará la primera corona de Aprilia o la máquina de Ducati aplastará la disidencia? La advertencia de Dall’Igna es clara: entre insultos e incidentes, la sombra del campeón cobra gran importancia.

Después de todo, el drama de MotoGP alimenta su fuego, asegurando que 2026 comience con los motores calientes y los rencores aún más calientes.