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đŸ”„ ÚLTIMA HORA: ClĂ©ment Lenglet sorprende tras la derrota ante el BARÇA, declarando: «No respeto a Lamine Yamal ni a su equipo: ganaron haciendo trampa», desatando una ola de polĂ©mica. Sus palabras extremadamente contundentes sacudieron el mundo del fĂștbol: segĂșn Lenglet, los ĂĄrbitros y LaLiga estĂĄn protegiendo a ese equipo, y incluso su reciente victoria ante el AlavĂ©s serĂ­a resultado de “irregularidades”, provocando debates acalorados entre los aficionados. Sin embargo, la reacciĂłn posterior de Hansi Flick dejĂł sin aliento tanto a los aficionados del Barça como a los del AtlĂ©tico de Madrid: una respuesta breve pero extremadamente poderosa, compuesta por solo cinco palabras, recibida con un aplauso atronador.

đŸ”„ ÚLTIMA HORA: ClĂ©ment Lenglet sorprende tras la derrota ante el BARÇA, declarando: «No respeto a Lamine Yamal ni a su equipo: ganaron haciendo trampa», desatando una ola de polĂ©mica. Sus palabras extremadamente contundentes sacudieron el mundo del fĂștbol: segĂșn Lenglet, los ĂĄrbitros y LaLiga estĂĄn protegiendo a ese equipo, y incluso su reciente victoria ante el AlavĂ©s serĂ­a resultado de “irregularidades”, provocando debates acalorados entre los aficionados. Sin embargo, la reacciĂłn posterior de Hansi Flick dejĂł sin aliento tanto a los aficionados del Barça como a los del AtlĂ©tico de Madrid: una respuesta breve pero extremadamente poderosa, compuesta por solo cinco palabras, recibida con un aplauso atronador.

kavilhoang
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El mundo del fútbol español ha amanecido este miércoles con una tormenta perfecta de controversia, avivada por las declaraciones incendiarias de Clément Lenglet, el central francés cedido por el FC Barcelona al Atlético de Madrid.

Tras la contundente derrota de su equipo por 3-1 en el Spotify Camp Nou la noche del martes, Lenglet no se mordió la lengua en la zona mixta y lanzó un dardo envenenado directamente al corazón del Barça: «No respeto a Lamine Yamal ni a su equipo: ganaron haciendo trampa».

Sus palabras, pronunciadas con un tono de frustración palpable, no solo han encendido las redes sociales, sino que han reabierto heridas antiguas en una rivalidad que ya de por sí hierve a fuego lento.

Pero la réplica de Hansi Flick, el entrenador culé, ha sido el golpe de gracia: una frase de solo cinco palabras que ha unido a aficionados de ambos bandos en un aplauso unánime de admiración.

«Ganen con clase, pierdan con ella», soltó el alemán en rueda de prensa, dejando el estadio en silencio atónito antes de que estallara la ovación.

El contexto del partido no podría haber sido más explosivo. El Barça, líder indiscutible de LaLiga con 37 puntos tras seis victorias consecutivas, recibía a un Atlético invicto en sus últimos siete encuentros y que llegaba con el colmillo afilado, soñando con recortar distancias en la tabla.

Diego Simeone alineó un once ofensivo con Julián Álvarez y Álex Baena al frente, respaldados por la solidez de José María Giménez y el propio Lenglet en el eje defensivo. Sin embargo, el guión se torció pronto para los colchoneros.

En el minuto 19, Baena abrió el marcador con un globo magistral sobre Joan García, el portero debutante blaugrana, silenciando momentáneamente las gradas del Camp Nou.

Pero la respuesta culé fue inmediata: Raphinha igualó en el 25′ con una escapada letal por la banda izquierda, asistida por un Pedri en estado de gracia tras su recuperación de lesión.

El segundo tiempo fue un monólogo barcelonista. Dani Olmo, el fichaje estelar del verano, firmó el 2-1 en el 65′ con un remate ajustado al palo tras un rebote en el área, y Ferran Torres selló el 3-1 en el descuento con un disparo cruzado tras una recuperación providencial de…

sí, Lamine Yamal. El prodigio de 18 años, que había sido el terror de la defensa atlética durante todo el encuentro, no solo generó tres ocasiones claras, sino que su pressing alto y sus regates endiablados desarbolaron repetidamente a Nahuel Molina y a Lenglet.

Según las estadísticas de Opta, Yamal acumuló 4 regates exitosos, 2 asistencias indirectas y un 92% de precisión en pases, cifras que lo convirtieron en el MVP indiscutible del duelo. Pero para Lenglet, todo eso huele a favoritismo arbitral: «Los árbitros y LaLiga protegen a ese equipo.

Yamal hace lo que quiere porque nadie le pita. Ganaron con trampa, con VAR a medida. Ni siquiera su victoria ante el Alavés la semana pasada fue limpia; hubo irregularidades que nadie investiga».

La alusión al partido contra el Alavés, disputado el 29 de noviembre y que el Barça ganó por 3-1 en un encuentro marcado por la polémica, añade leña al fuego.

Aquella noche, los culés remontaron un gol tempranero de Pablo Ibáñez con tantos de Yamal, Olmo (doble) y un penalti controvertido pitado a Raphinha en el 78′.

Los aficionados babazorros denunciaron en redes un «offside milimétrico» en el empate de Yamal y una «falta inexistente» para el penalti, que el VAR tardó tres minutos en revisar.

LaLiga emitió un comunicado desestimando las quejas, pero el eco de esas «irregularidades» resuena ahora en boca de Lenglet, un jugador que conoce el vestuario blaugrana como pocos.

Cedido al Atleti el pasado verano tras años de ostracismo en el Barça, el francés ha jugado 22 partidos esta temporada, pero su rendimiento ha sido irregular: errores en salida de balón y tarjetas por protestas, como la amarilla que vio el martes por una entrada dura sobre Pedri.

Las declaraciones de Lenglet, grabadas por Movistar y viralizadas en cuestión de minutos, han desatado un tsunami en las redes. #LengletTramposo acumula más de 500.000 menciones en X, con culés recordando su pasado en el Barça y acusándolo de «traidor resentido».

«Jugaste con nosotros y ahora nos apuñalas por la espalda», tuiteó un aficionado con 200.000 seguidores.

Del lado colchonero, la polarización es feroz: algunos aplauden la «sinceridad cruda» de Lenglet, mientras otros lo critican por avivar un fuego que podría costarle caro a Simeone, ya bajo presión tras cuatro derrotas en los últimos seis partidos de Liga.

El ‘Cholo’, en su comparecencia habitual, optó por la diplomacia: «Clément es un guerrero, dice lo que siente. Pero el fútbol se gana en el campo, no en las palabras. Nos vamos con la cabeza alta, aunque duela».

Sin embargo, fuentes cercanas al Metropolitano revelan que el francés ha sido llamado a capítulo por el club, temiendo una sanción de LaLiga por «dañar la imagen de la competición».

Pero el verdadero giro de guion llegó con la respuesta de Hansi Flick. El entrenador alemán, conocido por su mesura y su énfasis en el juego colectivo, esperó a la rueda de prensa oficial para contraatacar.

Ante un auditorio mixto de periodistas culés y madrileños, el teutón se limitó a cinco palabras que resonaron como un trueno: «Ganen con clase, pierdan con ella». El Camp Nou, aún vibrante con los ecos de la victoria, estalló en aplausos atronadores.

Aficionados de ambos equipos, que seguían el directo en las pantallas gigantes del estadio, se unieron en una ovación espontánea que duró más de un minuto. Incluso en el túnel de vestuarios, donde colchoneros como Julián Álvarez y Álex Baena recogían sus pertenencias, se escucharon murmullos de respeto.

«Flick es un crack. Eso es fútbol puro», comentó un hincha atlética en las afueras del estadio, micrófono en mano de TVE.

La frase de Flick no es solo un dardo retórico; es un mantra que encapsula su filosofía desde que aterrizó en el Barça en 2024.

Bajo su mando, los culés han recuperado el ADN ofensivo de Cruyff, con una media de 2,8 goles por partido y un pressing que asfixia a rivales como el Atleti.

Pero el alemán siempre ha insistido en la elegancia: «El fútbol es arte, no guerra sucia», repitió en su primera rueda de prensa.

Esta respuesta breve pero demoledora ha sido comparada con las réplicas legendarias de Pep Guardiola o incluso Johan Cruyff, y ya circula en memes y camisetas improvisadas entre la afición blaugrana.

En el lado atlética, el impacto ha sido similar: «Nos duele, pero nos obliga a mirarnos al espejo», admitió un aficionado en un bar de Madrid, según reportes de El Chiringuito.

La polémica trasciende el derbi y toca fibras sensibles en LaLiga. Lenglet, de 29 años y con un contrato culé hasta 2027 (aunque ya rescindido en junio por mutuo acuerdo, según filtraciones), representa el rencor de un jugador marginado.

Su cesión al Atleti fue vista como un puente temporal, pero incidentes pasados —como la entrada dura sobre Yamal en la Copa del Rey de abril, que dejó al canterano con el tobillo ensangrentado y sin tarjeta— han avivado sospechas de animadversión personal.

Yamal, valorado en 200 millones de euros y MVP mundial juvenil, ha sido el epicentro: su duelo con Lenglet el martes fue brutal, con tres faltas pitadas al francés en 45 minutos. «Lamine es el futuro. Nadie lo para con palabras sucias», defendió Raphinha en Instagram, sumándose al clamor.

Para el Barça, esta victoria no solo suma tres puntos y ensancha la brecha a cuatro sobre el Madrid; es una declaración de intenciones. Próximos retos: Betis en Liga y Frankfurt en Champions.

Flick, con su respuesta magistral, ha unido a un vestuario que mezcla veteranos como Lewandowski con joyas como Yamal y Olmo. Para el Atleti, la derrota rompe la racha y los deja sextos con 28 puntos, a nueve del líder.

Simeone, filosófico como siempre, ya mira al Villarreal del domingo: «La polémica pasa; el balón queda».

En un fútbol saturado de ruido, las cinco palabras de Flick cortan como un bisturí: ganen con clase, pierdan con ella. Lenglet ha encendido la mecha; el alemán la ha apagado con elegancia. El debate arde, pero el Barça camina firme hacia el título.

Y en el Camp Nou, el aplauso aún resuena.